Descripción
Atravesamos en silencio el largo pasillo que conduce al comedor. Hace meses que ningún siervo de El Maestro entra en el nido. La última vez fue para llevarse a Anaïs. Nosotras hemos continuado con nuestra rutina de manera rigurosa porque no sabemos cuándo puede tocarnos y tenemos que estar preparadas para el gran momento. Para eso hemos nacido.